Primer día en Lanzarote: volcanes, vino y un restaurante de cine
Ayer comenzó nuestra aventura en Lanzarote y no pudo haber tenido un arranque más emocionante. Partimos desde Corralejo (Fuerteventura) en el ferry de Fred. Olsen Express poco después de las 6 de la mañana. A bordo, mientras el sol despuntaba tímidamente, aprovechamos para tomar un buen café con vistas al Atlántico. Un momento de esos sencillos pero inolvidables.
🏖 Llegada a Playa Blanca y rumbo a los volcanes
Desembarcamos en Playa Blanca con la energía a tope y pusimos rumbo directo al Parque Nacional de Timanfaya. Consejo importante para quien lo visite: es imprescindible llegar temprano. Las colas para acceder en temporada alta pueden ser eternas, pero nosotros fuimos de los primeros en entrar. ¡Un lujo!
Ya dentro, hicimos el recorrido en guagua (autobús) a través del famoso paisaje marciano de Timanfaya. Cráteres, campos de lava y colores imposibles. Un espectáculo natural que no decepciona. Al finalizar, asistimos a los experimentos geotérmicos que realizan los guías del parque: chorros de vapor que emergen como géiseres al verter agua en la tierra caliente. Muy impactante ver cómo arde literalmente el subsuelo.
Y como no solo de vistas vive el viajero, desayunamos en el restaurante del parque, donde tienen una barbacoa volcánica única en el mundo. ¡Sí! Cocinan con el calor natural de la tierra. Brutal.
🍇 Viñedos en medio de la lava: La Geria
Tras el desayuno, nos dirigimos a La Geria, una zona vinícola tan peculiar como hermosa. Aquí los viñedos se cultivan en hoyos excavados en la ceniza volcánica, protegidos por pequeños muros de piedra. Visitamos algunas bodegas locales que elaboran vinos de la variedad Malvasía volcánica, muy típica de la isla. Un plan ideal para los que amamos el vino y el paisaje.
🐚 El Golfo y un vino frente al mar
Después seguimos hacia El Golfo, un encantador pueblito costero donde se encuentra el famoso Charco de los Clicos, también conocido como Charco Verde, una laguna de intenso color esmeralda formada por la actividad volcánica. Cerramos la visita tomando una copa de vino de la isla en una terraza con vistas al océano. Pura vida.
🍽 Comida casera en el Bar Stop (Yaiza)
Para el almuerzo, nos recomendaron el Bar Stop en Yaiza, un sitio de esos que no necesitan florituras para conquistar el paladar. Cocina tradicional canaria, de toda la vida, sin grandes pretensiones, pero con producto de calidad y a buen precio. Totalmente recomendable.
🌄 Tarde de paisajes: Mirador del Río, Haría, Teguise y Famara
Con el estómago lleno y el alma contenta, seguimos rumbo al norte. Hicimos el check-in en nuestro apartamento en Puerto del Carmen y seguimos hacia el icónico Mirador del Río, diseñado por César Manrique. Aunque el mirador estaba cerrado, las vistas desde la carretera ya merecen el viaje. Desde allí se contempla la isla de La Graciosa, flotando sobre un mar turquesa.
Continuamos por la carretera hacia Haría y luego Teguise, dos pueblos con mucha personalidad, y terminamos la jornada en la playa de Famara, una de las más salvajes y bonitas de la isla. Arena dorada, olas potentes y un atardecer inolvidable.
🍷 Cena de película en LagOmar
Después de una ducha rápida, pusimos rumbo a LagOmar, un restaurante de ensueño construido en una antigua cantera de lava, que fue propiedad del actor Omar Sharif. Este lugar parece sacado de una película: arquitectura orgánica, cuevas naturales, vegetación y un ambiente mágico. Degustamos una cena exquisita en uno de los rincones más especiales de Lanzarote.
✨ Balance del día: volcanes, viñedos, mar, pueblos con alma y gastronomía memorable. Lanzarote ya nos ha robado el corazón… y esto solo acaba de empezar.
📍 ¡Nos vemos en el próximo post de La Guagua!